Sobre el Colegio

La historia del Colegio de Administradores de Fincas

Ya en el siglo XIX se encuentran antecedentes de la profesión, pues los actuales Administradores de Fincas actuaban con el nombre de procuradores y su labor era la de vigilar y realizar las gestiones necesarias para el cuidado y mantenimiento de las fincas, formalizando además los contratos de alquiler y efectuando el cobro de las rentas.

La figura del Administrador de Fincas, como hoy la entendemos, nace en Barcelona en 1936, con la aprobación, por el Molt Hble. President de la Generalitat de Catalunya, de los Estatutos de la Associació d’Administradors de Finques de Barcelona. El funcionamiento de esta Asociación se vio interrumpido por la Guerra Civil.

En la posguerra los Administradores de Fincas se vuelven a agrupar en pequeñas asociaciones locales con el fin de defender a sus asociados y posteriormente, en abril de 1968, se funda ya como una Corporación de carácter profesional el Colegio Nacional Sindical de Administradores de Fincas de España, que tendrá plena capacidad jurídica para el cumplimiento de sus fines y el ejercicio de sus facultades, disfrutando, a los efectos civiles y administrativos, del rango y privilegio de las Corporaciones de Derecho Público.

Posteriormente, en el año 1981, la Junta de Gobierno del Colegio Nacional con el fin de agilizar la defensa de los derechos e intereses de los profesionales de la Administración de Fincas en todo el territorio nacional, solicitó la constitución de los Colegios Territoriales de Administradores de Fincas, los cuales se segregaron del Colegio Nacional, creándose a la vez el Consejo General de Colegios, cuyo objetivo es representar ante el Estado los intereses de todos los Colegios Profesionales.

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