Guillem Costa Calsamiglia (Barcelona, 1968) es arquitecto por la Universidad Politécnica de Cataluña (ETSAB). Ha trabajado en los despachos de Pepe Llinàs e Ignasi de Solà-Morales y actualmente en su estudio Costa Calsamiglia Arquitecte en el Distrito 22@.
Su trayectoria profesional incluye proyectos en el ámbito de la arquitectura y el urbanismo, como la sede de la multinacional alemana EFD en Bangalore o las oficinas centrales de d’e-Dreams en el WTC de Barcelona, así como del diseño de mobiliario, con la serie Gidlööf Originals. Ha combinado su trabajo con la edición editorial — Quaderns d’Arquitectura i Urbanisme y Editorial Gustavo Gili — y con su dedicación al Colegio de Arquitectos de Cataluña (COAC). También ha escrito artículos en revistas de divulgación general y su obra ha sido publicada en diversos medios digitales y en papel.
Actualmente es decano del Colegio de Arquitectos de Cataluña, director del Congreso Mundial de Arquitectos UIA 2026, miembro de la comisión ejecutiva de la Fundación Manuel Blancafort, patrono de la Fundación Ginesta (ASPROSEAT) y socio de la ADIFAD.
Hablamos con él para saber qué opina sobre la accesibilidad y la sostenibilidad en el día a día de las personas y las viviendas.
¿Qué papel debe jugar la rehabilitación del parque de viviendas existentes en la transición hacia un modelo más sostenible y saludable en Cataluña?
La rehabilitación del parque de viviendas existente debe ser una pieza clave en la transición hacia un modelo urbano más sostenible y saludable. En Cataluña, contamos con un parque edificado que debemos aprender a gestionar según la época en que fue construido, así como los materiales y métodos utilizados en su construcción. En muchos casos, son edificios antiguos y de buena calidad, pero en otros son muy viejos, con una calidad constructiva limitada y poca eficiencia energética. Todo el parque edificado antiguo necesita ser tratado, estudiado y rehabilitado para poder volver a ponerlo en uso, ya sea mediante rehabilitación integral o renovaciones energéticas.
Esto tiene importantes consecuencias ambientales, así como sociales y económicas. Desde el COAC defendemos que apostar por la rehabilitación es apostar por la calidad de vida, por la reducción de emisiones y por la resiliencia frente al cambio climático. Rehabilitar significa mejorar el aislamiento, incorporar energías renovables, eliminar barreras arquitectónicas y hacer que las viviendas sean más confortables y saludables.
Además, es una oportunidad para activar el tejido económico local, generar empleo cualificado y revitalizar barrios enteros. Pero para que esto sea posible, se requiere un compromiso firme por parte de las administraciones: con financiación, con una normativa clara y con una apuesta decidida por posicionar la vivienda como elemento central.
¿Cuáles considera que son los principales retos para incorporar medidas de accesibilidad universal en edificios residenciales antiguos y cómo pueden abordarse desde la arquitectura?
Uno de los principales retos es la propia configuración física de los edificios. Con frecuencia hablamos de inmuebles construidos antes de que existieran normativas específicas sobre accesibilidad, con escaleras estrechas, espacios reducidos y deficiencias estructurales que dificultan, por ejemplo, la instalación de ascensores o rampas.
También existe una dificultad social y económica significativa. Muchos de estos edificios están habitados por comunidades con recursos limitados, y llegar a acuerdos resulta complejo. Es importante tener muy presente que la transformación hacia una accesibilidad plena es una cuestión de derechos, pero también de convivencia, equidad y salud pública.
Desde la arquitectura, tenemos un papel clave para aportar soluciones creativas, adaptadas a cada caso y con una visión global. Los arquitectos tenemos la capacidad de detectar las mejores opciones técnicas y funcionales para mejorar la accesibilidad sin comprometer el valor arquitectónico ni la viabilidad económica de las intervenciones. Y, para que esto sea posible, es fundamental trabajar codo con codo con los administradores de fincas, las comunidades de vecinos y las administraciones públicas.
Solo a partir de esa colaboración podremos avanzar hacia edificios y barrios cada vez más inclusivos, donde todas las personas, independientemente de su edad o condición, puedan vivir con dignidad y autonomía.
¿Cuánta importancia tiene la elección de materiales en la sostenibilidad y salubridad de una vivienda, y qué criterios recomienda para su selección?
La elección de materiales es una decisión muy importante en cualquier proyecto, ya que afecta directamente tanto a la sostenibilidad ambiental como a la salubridad del hogar. Este proceso debe ir mucho más allá del coste inicial, considerando criterios como el ciclo de vida del edificio, las emisiones asociadas, la toxicidad y la respuesta ante cambios de temperatura y humedad.
Es fundamental priorizar materiales con bajo impacto ambiental a lo largo de su ciclo de vida y con una huella de carbono reducida, tanto en la fabricación como en el transporte y el mantenimiento. También resulta esencial promover el uso de materiales locales, reciclados o reciclables, así como sistemas constructivos reversibles que faciliten la desmontabilidad y reutilización futura.
Es imprescindible seleccionar materiales libres de compuestos orgánicos volátiles, metales pesados y otras sustancias contaminantes. La transpirabilidad de los materiales, la ausencia de puentes térmicos y la correcta gestión de la humedad son aspectos clave para la calidad del aire interior y evitar condensaciones.
Recomendamos paramétricas verificables como certificaciones ambientales (BREEAM, LEED, WELL, Passivhaus) y herramientas de evaluación como Level(s) de la UE. Todo ello debe ir acompañado de una buena dirección técnica y un seguimiento riguroso en obra.
Y, sobre todo, es clave transmitir esta información técnica a las comunidades de propietarios, para que puedan tomar decisiones más informadas y responsables.
¿Qué papel juega el COAC en promover prácticas sostenibles entre sus colegiados?
Desde el COAC tenemos un firme compromiso de situar la sostenibilidad como un eje transversal en la práctica profesional de la arquitectura. En un contexto de emergencia climática y transición energética, la responsabilidad de arquitectos y arquitectas en la transformación del parque construido es central, y nuestro deber como institución es dotarnos de las herramientas, conocimientos y marcos de criterios necesarios para incorporar esta visión de manera efectiva.
Por ello, impulsamos la formación continua, ofrecemos programas técnicos especializados en eficiencia energética, certificaciones ambientales, bioconstrucción y gestión del ciclo de vida de los edificios. También facilitamos el acceso a documentación técnica actualizada, guías de buenas prácticas y herramientas de análisis ambiental para los proyectos.
A nivel institucional, trabajamos para que la sostenibilidad esté incorporada en la normativa y en los procesos administrativos, y colaboramos con otros colegios profesionales y administraciones públicas para promover un marco coherente y eficiente en la rehabilitación energética y mejora del parque edificado.
Finalmente, entendemos que la sostenibilidad también es social y cultural, y por eso promovemos la incorporación de estos conceptos en el día a día de la gente, fomentando una arquitectura que ponga a las personas en el centro. Esa mirada global es la que queremos transmitir a nuestros colegiados, y también un punto de encuentro con profesionales como los administradores de fincas, con quienes compartimos la voluntad de mejorar las condiciones de vida en los edificios y barrios de nuestro país.
¿De qué manera la coordinación con los administradores de fincas puede facilitar la implementación de mejoras en eficiencia energética y accesibilidad en el parque de viviendas?
La coordinación entre arquitectos y administradores de fincas es absolutamente necesaria para hacer posible la transformación del parque de viviendas existente hacia modelos más eficientes, accesibles y sostenibles. Los administradores de fincas tienen un conocimiento directo y continuo de la realidad de los edificios y de las dinámicas internas de las comunidades de propietarios. Este conocimiento es clave para identificar oportunidades de actuación, anticipar resistencias y facilitar los procesos de toma de decisiones.
Desde el punto de vista técnico, los arquitectos podemos aportar soluciones adaptadas a las características específicas de cada edificio, desde una visión global del inmueble, recomendando cómo optimizar las intervenciones desde el punto de vista energético y funcional, y garantizando la viabilidad técnica y normativa de las mejoras. Pero estas propuestas, para avanzar, necesitan una mediación eficaz con las comunidades: explicar el valor añadido de las actuaciones, ordenar los pasos del proceso y ayudar a gestionar las subvenciones y ayudas disponibles.
Es en ese punto donde la colaboración con los administradores se vuelve fundamental. Juntos podemos construir un relato compartido que vaya más allá del mantenimiento básico y ponga énfasis en la mejora cualitativa de los edificios: en confort, ahorro energético y, sobre todo, en calidad de vida para las personas que los habitan, lo cual termina repercutiendo en su revalorización inmobiliaria.
Administradores y arquitectos compartimos el objetivo de hacer un parque residencial más eficiente, inclusivo y preparado para los retos del futuro. Coordinar y colaborar conjuntamente es lo que hace posible que ese objetivo se convierta en realidad.