Barcelona, 26 de octubre de 2025
El 79 % de los edificios de la capital tienen más de 40 años, y tanto el Ayuntamiento como los sectores implicados alertan de que necesitan mantenimiento.
Si hay un consenso dentro del sector, es en torno a la idea de que en Barcelona falta una cultura de la rehabilitación. Lo dice el Ayuntamiento, pero también constructores, arquitectos técnicos y administradores de fincas, entre otros. En los últimos años, los fondos Next Generation han dado un impulso en este ámbito, pero ahora se están acabando. El Ayuntamiento destinará 50 millones de euros en el presupuesto de 2026 y la Generalitat quiere aportar otros 120 millones. Aun así, todos recuerdan que la clave está en concienciar a la ciudadanía.
La palabra rehabilitar suele relacionarse con grandes reformas y costes elevados, pero desde la Oficina Técnica de Rehabilitación de Cataluña reivindican que también existen actuaciones de menor envergadura que, aunque no sean subvencionables, resultan más asumibles. “Antes, la rehabilitación se centraba en el mantenimiento y la conservación del edificio”, explica el coordinador de la oficina, Víctor Forns, “pero ahora también se trata de mejorar la eficiencia energética, cambiar ventanas, actualizar instalaciones eléctricas, instalar placas fotovoltaicas o mejorar los sistemas de aire acondicionado”.
En este sentido, Forns apunta que “si conseguimos mentalizar a la gente con una cultura que promueva los mantenimientos, no se llegará a una urgencia ineludible de rehabilitación”. Y para lograrlo, recomienda dejarse asesorar por administradores de fincas colegiados. Ellos son, dice, quienes pueden ayudar a las comunidades de vecinos a planificar correctamente estos mantenimientos, de manera que “se reduzca el impacto económico sobre los propietarios”.
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