Barcelona, 24 de octubre de 2025
Felipe, que vive en un bloque de la Gran Via Carles III de Barcelona, no pudo colgar la senyera en la ventana por la Diada. Su comunidad de vecinos se lo prohíbe. “Dicen que queda feo tener banderas colgadas”, lamenta. Su caso no es único: según fuentes del sector consultadas por el ARA, es habitual que las comunidades de propietarios aprueben normas sobre qué se puede colgar y qué no en ventanas y balcones.
Era mucho más frecuente durante el Procés, pero el debate resurge de manera recurrente en días señalados, como la Diada, la Hispanidad o las reivindicaciones del Orgullo LGTBI. También en momentos de tensión política y social, como las movilizaciones por Palestina o por el derecho a la vivienda. Ahora bien, ¿puede una comunidad vetar que un vecino cuelgue un símbolo político en su balcón?
La respuesta es que sí, pero con matices. La vicepresidenta del Col·legi d’Administradors de Finques de Barcelona-Lleida (CAFBL), Montse Bassas, destaca que la prohibición puede fundamentarse en el hecho de que al colgar una bandera o un cartel se está afectando un elemento comunitario del edificio: la fachada. La comunidad tiene varias maneras de hacerlo, en función de cómo de firme quiera que sea la prohibición. Puede establecerse mediante un acuerdo de la junta de propietarios, por mayoría simple, aunque en ese caso solo vincula a los vecinos que en ese momento residan en la finca.
De la misma manera, un acuerdo de la junta de propietarios también puede autorizar explícitamente la colocación de un elemento político en el edificio. Así ocurrió cuando, durante muchos años, un gran lazo amarillo en defensa de los presos políticos lució en uno de los edificios de la plaza Urquinaona, pese a la falta de unanimidad en el bloque afectado.
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